Colombia, país digital

26/06/2013 / Octavio Kulesz

En la última década, la mayoría de los países latinoamericanos ha experimentado un crecimiento económico sostenido. Colombia ha sido tal vez uno de los ejemplos más evidentes, con un PBI que saltó de 98 mil millones de dólares en 2001 a más de 333 mil millones en 2011, según datos del Banco Mundial.

Lo específico del caso colombiano es que buena parte de las utilidades del crecimiento han sido destinadas a consolidar la infraestructura tecnológica, a reducir la brecha digital y a crear empleos calificados. En octubre de 2010, a partir de un borrador de 2000 propuestas enviadas vía web por casi 6000 ciudadanos, Colombia presentó Vive Digital, un plan que pondría en marcha una transformación profunda del ecosistema tecnológico nacional, desde los start-ups hasta el gobierno electrónico y la banca móvil. A continuación expondremos los ejes centrales del programa, enfocándonos en las mejoras de infraestructura, contenidos y recursos humanos. Los cambios son considerables y la industria del libro ya recoge los primeros frutos.

La infraestructura

Un aspecto clave de Vive Digital se relaciona con la ampliación de la capacidad tecnológica. El programa planteó en 2010 el objetivo de multiplicar por 4 el número de conexiones a Internet (de 2,2 a 8,8 millones) para el año 2014 y alcanzar un 50% de acceso tanto en hogares como en MIPYMES (que al comenzar el programa rondaban el 27% y el 7%, respectivamente). Hacia fines de 2012, el número total de conexiones ya superaba los 6 millones, con 40% de hogares y 20% de MIPYMES provistas de acceso. El aumento se explicó, entre otros factores, por las diferentes ayudas destinadas a cerca de un millón de familias y a la instalación de más de 1000 Kioscos Vive Digital –centros de acceso pensados para poblados rurales.

A mediados de 2014 se realizará la subasta pública de espectro radioeléctrico que abrirá las puertas al servicio 4G. Según el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Diego Molano Vedia, la tecnología 4G será clave porque “permitirá llevar Internet a los más pobres”.

Por otra parte, a través de un esfuerzo conjunto del Estado nacional y las autoridades regionales, Colombia ha comenzado la entrega de dispositivos más grande en la historia del país: 577.000 computadoras y 77.000 tabletas, destinadas a escuelas públicas.

Los contenidos

Conscientes de que la infraestructura por sí sola es vacía, los diferentes niveles del Estado colombiano han optado por estimular la producción de contenidos adaptados a la nueva era. La iniciativa Apps.co –llevada adelante por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) y el Ministerio de Comunicación– apunta a fortalecer los negocios basados en aplicaciones y contenidos interactivos. Tal como describe Claudia Obando, líder del programa, tan sólo en el primer año unos 500 proyectos de aplicativos alcanzaron la fase de desarrollo (en esta lista pueden consultarse casos destacados).

En agosto de 2012, el MinTIC unió fuerzas con el Ministerio de Cultura para lanzar Crea Digital: una convocatoria nacional que premió a los mejores proyectos de e-books, animación y videojuegos presentados por MIPYMES nacionales. Su objetivo: “dotar de contenidos culturales y educativos a la comunidad, así como fortalecer la industria de contenidos digitales”.

La visión es que cada región del país logre desplegar su potencialidad para ofrecer un valor diferenciado. Así lo explica Jorge Restrepo, Gerente de Contenidos Digitales del MinTIC: “No será una única oferta colombiana, sino que las regiones tendrán especialidades. Y ya lo estamos viendo. En el caso de Popayán, están enfocándose a aplicaciones móviles; Cali, en cambio, siempre ha tenido una vocación más audiovisual.”

La Biblioteca Nacional de Colombia, por su lado, desarrolla un ambicioso plan en torno a los contenidos online. Una de sus principales metas es alcanzar una masa crítica de 28 millones de páginas electrónicas, hito que acelerará la conformación de nuevas audiencias. Para ello, la institución ha incorporado infraestructura de última generación y ha puesto en marcha un laboratorio de experimentación, investigación y capacitación en nuevas tecnologías.

Los recursos humanos

Por cierto, la formación de los futuros productores y creadores ocupa un lugar central. El MinTIC ha propiciado la instalación de 17 “ViveLabs” en todo el país: se trata de centros destinados a la capacitación y el desarrollo de animación 3D, 2D, videojuegos, libros electrónicos y aplicaciones. Según María Carolina Hoyos, viceministra TIC, la iniciativa conseguirá formar a más de 15.000 personas en temas relacionados con contenidos digitales.

En una línea similar, la convocatoria Talento Digital busca incentivar la formación en el uso de las TIC, a través de créditos para el estudio de materias enfocadas al desarrollo de software y aplicaciones. Al momento de explicar los objetivos de la iniciativa, el ministro Molano Vega es categórico: “Necesitamos aplicaciones hechas por colombianos, para colombianos, que presten servicios que incentiven el uso de las TIC y que a su vez ayuden a generar empleo y disminuir la pobreza”.

En el marco de la función pública, el plan Vive Digital incluye un programa bautizado “Ciudadanía Digital”, diseñado por la Universidad de Educación a Distancia (UNAD). A través de procesos de formación virtual, evaluación y certificación, maestros y servidores públicos adquieren competencias que resultan decisivas para aumentar la productividad del gobierno.

Si la capacitación es un área clave, la vinculación profesional también desempeña un papel preponderante. En octubre de 2012, tuvo lugar Colombia 3.0, un evento que reunió a emprendedores de la animación, los videojuegos, los libros electrónicos y otros sectores relacionados con la era electrónica. La participación de más de 4000 asistentes y 250 empresas dio cuenta de la efervescencia que caracteriza a la industria.

Primeros frutos en la industria editorial

Las iniciativas descritas ya están produciendo efectos –directos o indirectos– en el sector editorial. Iván Correa –quien al fundar el sello E-Libros realizó un giro copernicano en su modo de trabajo, pues migró del mundo papel al electrónico– reconoce claramente el aporte que para él han significado los programas de estímulo a la cultura digital. En junio de 2013, el proyecto de Correa fue realzado por la revista Publishing Perspectives como caso innovador.

Entre los autores, también puede notarse un mayor deseo de experimentar con modalidades electrónicas. La destacada escritora Alejandra Jaramillo, por ejemplo, ha publicado recientemente una obra digital cuyas características técnicas y narrativas desafían los moldes tradicionales, y ha recibido una acogida muy favorable –tal vez un signo de que la actitud frente a las nuevas tecnologías ha cambiado radicalmente.

Colombia se posiciona así como un actor protagónico en América Latina, tanto respecto de la producción como del consumo de contenidos digitales. Los avances en la reducción de la brecha digital que hemos señalado podrán servir de referencia a otros países en desarrollo, al tiempo que las exploraciones electrónicas realizadas por los editores y los escritores colombianos resultarán un antecedente muy valioso para emprendedores de toda la región.

Octavio Kulesz

El autor

Octavio Kulesz is an Argentinian digital publisher and philosopher. In 2007 he founded Teseo, one of the first e-book publishing houses in Latin America. He is the author of the report “Digital Publishing in Developing Countries” (commissioned in 2011 by the Prince Claus Fund and the International Alliance of Independent Publishers), and a Unesco expert on the 2005 Convention.