Entrevista con Javier Sepúlveda Hales, director de Ebooks Patagonia (Chile)

13/06/2013 / Octavio Kulesz

Latinoamérica se ha convertido en un territorio fértil para la edición digital y la experimentación con nuevos formatos. Brasil es sin duda el líder en la región, pero ya surgen actores innovadores en otros países. En esta ocasión conversamos con Javier Sepúlveda Hales, director de Ebooks Patagonia, una editorial electrónica basada en Santiago de Chile. 

1. ¿Podrías presentar brevemente tu perfil y el de Ebooks Patagonia?

Fundé Ebooks Patagonia en 2010. Soy Ingeniero Civil Industrial, tengo un Master en negocios por la Thunderbird School of Global Management y otro en gestión de la Universidad de Chile.

Ebooks Patagonia es una editorial digital de autores latinoamericanos que hoy colabora con autores y editoriales de la región para llevarlos a las principales tiendas y bibliotecas del mundo. Hemos alcanzado un catálogo cercano a los 50 ebooks, con autores de Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, México, Nicaragua, Guatemala y Perú. Ofrecemos también servicios de diagramación digital en formato EPUB, distribución digital global para editoriales y autores, diseño y creación de aplicaciones culturales, bibliotecas digitales para colegios y consultoría en planificación estrategia digital.

2. ¿Cuál ha sido hasta ahora la actitud de los lectores chilenos respecto del libro electrónico?

Tenemos que tomar en cuenta que los niveles de lectura en Chile son muy bajos desde hace mucho tiempo. No tengo datos duros actuales, pero puedo contar mi percepción y lo que recojo de conversaciones en la calle y en redes sociales. He visto una gran militancia a favor del libro impreso, por sus virtudes como objeto; al mismo tiempo, el libro digital es a menudo presentado como una amenaza, como un ataque… Pero a la vez he visto a grandes lectores adoptar el ebook por cuestiones de comodidad, sin dejar de comprar ejemplares en papel. Un segmento importante son los mayores de 50, que valoran la posibilidad de aumentar el tamaño de la letra.

Cada día me encuentro con más personas en el metro de Santiago leyendo en eReaders; algunos hasta leen en sus teléfonos. Unos años atrás me atrevía incluso a acercarme a quienes tenían un eReader e interrumpía su lectura para conversar con ellos. Se quejaban de falta de libros en español, ¡así que yo aprovechaba para recomendarles Ebooks Patagonia!

Con respecto al DRM, ha sido impresionante la cantidad de veces que tuvimos que enviar instrucciones sobre cómo abrir el texto en el dispositivo luego de la compra. Recuerdo una vez en 2011 cuando tuve que asistir por Skype a una usuaria de Puerto Rico que nos había comprado un ebook y no podía cargarlo en su tablet de ninguna manera. Al tiempo produjimos video-tutoriales para explicar cada paso. Con todo, nuestra experiencia indica que si el cliente sobrevive a la primera compra de un ebook protegido, ya no hay vuelta atrás. Una vez que el lector tiene autenticado su dispositivo con usuario y password de DRM, luego todo es simple: la primera descarga resulta compleja pero las siguientes fluyen con un click.

Finalmente, sabemos que los ebooks que vendemos son leídos principalmente en EEUU, México y Chile.

3. ¿Y la actitud de los editores?

Los editores en Chile tienen generalmente la mente puesta en el día a día y en las compras del Estado. Las adquisiciones del sector público son considerables y explican buena parte del ingreso de las editoriales. Hace años, cuando pedía cita a las editoriales para trabajar con ellas en temas digitales, me solicitaban más tiempo para pensarlo. Hoy todos consideran lo digital como algo que deben hacer en algún momento pero lo cierto es que las urgencias los consumen. Son pocos los que están migrando su catálogo a EPUB, y a menudo lo hacen más por pedido de sus autores que por iniciativa propia.

Veo con entusiasmo el surgimiento de nuevas editoriales que gracias a los ebooks y la impresión bajo demanda logran publicar y dar a conocer a sus autores. También se está masificando en el mercado chileno la auto-publicación digital: ello puede deberse a que las editoriales están invirtiendo poco en nuevos autores o a que ya tienen programado su año de producción.

Tengo la impresión de que los editores locales están demasiado enfocados en el papel, o a lo sumo en migrar su fondo a una tienda que reciba PDF. Faltan más proyectos pensados netamente en digital, que no dependan del papel.

4. ¿Cómo trabajan con las editoriales?

Básicamente nos ocupamos de externalizar su área digital, en especial la distribución. Cuando una editorial tiene más de 20 títulos en digital (EPUB o PDF), bonificamos el costo de subida de los títulos: nosotros simplemente ganamos un porcentaje de las ventas. Ahí se encuentra nuestro incentivo y nos esforzamos al máximo por vender.

5. Amazon, Apple y otras compañías internacionales han comenzado a incursionar en la venta de ebooks en América Latina. ¿Ves a estas empresas como aliados, como competidores o cómo?

Estas empresas son un aliado para nosotros. Nos ayudan a masificar la lectura digital por medio de sus dispositivos. Tenemos acuerdos comerciales y trabajamos estrechamente con ellos para aumentar el contenido latinoamericano en el mercado global.

Creo que la llegada de estos potentes actores sí debería preocupar a los que son netamente libreros. Un poco en la línea de la caída de Blockbuster frente al surgimiento de Netflix. O la bancarrota de Borders y la interesante apuesta de Barnes&Noble por el futuro electrónico.

6. En alguna ocasión comentaste que lo digital “nivela la cancha y cambia las reglas del juego”. En general, ¿qué futuro vislumbras para el ebook en América Latina?

Vislumbro el mejor de los futuros. El libro electrónico permitirá la integración de nuestras culturas y facilitará que nos leamos los unos a los otros. Un ejemplo: con la editorial Resistencia de México creamos un concurso binacional de cuentos para autores con al menos un libro publicado en donde el jurado era totalmente externo a las editoriales, y publicamos una antología digital con los cuentos ganadores, cuatro cuentos de cada país. En Facebook pude leer cómo uno de los jurados expresaba su alegría por haber conocido a dos autores chilenos que le gustaron mucho.

En la editorial sacamos además una colección de cuentos de autores latinoamericanos de manera exclusiva en iBookstore y en Amazon. Se llama “Ebooks Patagonia Singles” y cada cuento se vende a US$ 0,99. Entre los autores figuran Mario Benedetti (Uruguay), Andrés Neuman (Argentina), Pablo Simonetti (Chile), Tryno Maldonado (México) y Carlos Wynter (Panamá).

Cuando afirmo que lo digital “nivela la cancha y cambia las reglas del juego”, lo pienso en particular respecto de las grandes corporaciones editoriales manejadas desde España o EEUU y del uso que podemos hacer de la tecnología. Imaginemos el poder acumulado por la reciente fusión de Penguin y Random House frente a autores, agentes, distribuidores y demás actores tradicionales de la cadena del libro.

En mi opinión, la única vía libre para una editorial independiente latinoamericana frente a una mega-corporación editorial es el libro electrónico. Los costos de sacar un nuevo libro han caído y ahora se trata más bien de ver qué tan buena promoción del libro haces en las redes especializadas o en los círculos de potenciales lectores. En el mundo digital, las diferencias entre una pequeña editorial y una transnacional ya no son tan marcadas.

Octavio Kulesz

El autor

Octavio Kulesz is an Argentinian digital publisher and philosopher. In 2007 he founded Teseo, one of the first e-book publishing houses in Latin America. He is the author of the report “Digital Publishing in Developing Countries” (commissioned in 2011 by the Prince Claus Fund and the International Alliance of Independent Publishers), and a Unesco expert on the 2005 Convention.
  • Claudio Labbé Díaz

    Me gustó la entrevista a Javier.
    Muy lúcido y claro en sus ideas del libro digital, que a la larga se instalará firme en Latinoamérica, en particular en Chile.
    Se nota que tiene una visión perspicaz a futuro con respecto a las publicaciones digitales.


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